Tu rutina de entrenamiento es una forma estupenda de asegurarte de que te mantienes en forma y de que tienes tiempo para hacer ejercicio. Mucha gente cree que necesita una rutina especializada, pero la verdad es que la mayoría de las rutinas de entrenamiento pasan por alto grupos musculares enteros, imitan las técnicas de atletas que tienen objetivos y recursos completamente diferentes, y no se centran en las cosas que la mayoría de nosotros realmente queremos obtener de una rutina de entrenamiento.
Mucha gente asocia el ejercicio con los beneficios físicos y mentales, pero hay muchos otros beneficios que se obtienen al hacer ejercicio. El entrenamiento que me hace sentir bien y lleno de energía es el que se centra en hacerte sentir mejor física y mentalmente, al tiempo que mejora tu rendimiento en diferentes aspectos de la vida. Para mí, la rutina de entrenamiento ideal no debería centrarse únicamente en reducir la grasa o en desarrollar grandes músculos.
Entrena todos los grupos musculares
Puede pensar que todos los grupos musculares principales están incluidos en una rutina, pero si no está entrenando los músculos lumbares, los antebrazos, los deltoides traseros o laterales, los oblicuos, los trapecios, el transverso del abdomen e incluso las piernas, entonces su entrenamiento está incompleto.
Piense cuánto más explosivo, anabólico y potente sería si su rutina de entrenamiento incluyera las piernas…
Organiza tu rutina en torno a la dimensión de los grupos musculares
Las piernas se componen de los músculos más grandes del cuerpo. Por lo que el tiempo que le dediques a las piernas y todos sus músculos debería ser superior al que le dedicas a por ejemplo tus hombros.
El caso más claro en este sentido, es la diferencia de entrenamiento junto que mucha gente dedica al bíceps y el tríceps. Mucho entrenan el bíceps mucho más que el tríceps, esto es porque están en la parte frontal y puede parecer más satisfactorio su entrenamiento, pero en realidad deberías entrenar el tríceps tres veces más que el bíceps. De esta manera tus brazos ganarían mucha más fuerza de la que consigues entrenando solo bíceps o entrenando en una proporción 50:50.
Aplica esta regla para organizar el entrenamiento de tus grupos musculares.
Entrena los músculos que siempre ignoras
Todos tenemos músculos que entrenamos de forma muy eficiente, con ganas y motivación. Ya sea porque sabes que te gustará su resultado, o porque genéticamente tienes predisposición a su crecimiento y ves resultados rápido.
Pero cuando haces esto quedas desproporcionado y dejando los músculos que no te gustan olvidados.
Para ser un mejor atleta, debes entrenar estos músculos y aunque al principio cueste sabes que merecerá la pena. No obstante, eso ya lo sabes y aunque así sea, debes saber que el no hacerlo dará como resultado un cuerpo menos atractivo proporcionalmente hablando y pérdida de fuerza potencial.
Haz tu rutina llevadera
De nada sirve, montar una rutina que no puedes mantener en el tiempo. La clave de la mejora de fuerza es la frecuencia y la sobrecarga progresiva. Exponerte poco a poco a nuevos retos y ser constante en tus entrenamientos. Si no puedes mantener el ritmo de la rutina provocará que dejes de entrenar o empieces a incumplirlos.
Es mejor que tengas una rutina humilde y cumplirla, y posteriormente cuando te adaptes puedas aumentar y montar una rutina más exigente. Lo mismo se puede aplicar al añadir un ejercicio o habilidad nueva.
Utiliza más de un tipo de entrenamiento
La mayoría de las personas piensan que si van al gimnasio, están satisfaciendo todas sus necesidades de ejercicio Esto no siempre es cierto Aunque se puede hacer un buen entrenamiento de fuerza en el gimnasio, también hay que tener en cuenta otros tipos de ejercicios, como correr o montar en bicicleta al aire libre para hacer ejercicios de cardio y de estiramiento, como el yoga.
Variar los tipos de deportes que realizas será muy beneficioso como atleta. Mejora tu propiocepción y conocimiento de tu cuerpo, además te conocerás a ti mismo, tus límites y aumentarás tu fuerza en diferentes ángulos a los que estás acostumbrado.
Siempre prueba con precaución nuevas disciplinas, ya que es importante evitar lesiones para mantener la frecuencia de entrenamiento.